#hoysupe de la Cabalgata de Reyes de Madrid.
Navidad, qué bonita época. Cuando las personas dejan atrás el odio y perdonan, cuando el amor al prójimo está en el aire. Las canciones tan bonitas, cenas elegantes, cuando la familia se reúne después de todo un año, y qué decir de los regalos. Qué bonita época, incluso, podría decirse que para muchos, la mejor época del año. Pero no en Madrid.
Y es que en Madrid, navidad no hace mucha ilusión. La fecha más importante, podría decirse que del año, es el día de reyes. Pero ¿cómo? Pues así, la razón, no la sé, pero el día de reyes es un gran evento. Tanto así, que navidad pasa desapercibido (a nivel ciudad, es decir, el gobierno no organiza un evento especial por la navidad), después es el año nuevo, o noche vieja, como se le llama acá, y pues ni modo de recibir el año en Sol (la plaza más importante del centro); pero en definitiva, quien se lleva la corona, es el rey, digo, los reyes, ya que a ellos los reciben como lo que son, reyes.
Y es que cada 5 de enero, en la víspera de la llegada de los reyes, la ciudad de Madrid, y cada distrito, dentro de la misma, organiza una cabalgata para darles la bienvenida. Aquí Santa Claus, o papá Noel, es la persona más insignificante. Los reyes son la leche y son la razón por la que los niños se emocionen y de quienes anhelan recibir regalos.
Cualquiera que sea de, conozca a alguien de, o que alguna vez haya oído de Veracruz, sabrá que el carnaval es la fecha más importante del estado, especialmente el del puerto. Bueno, pues algo así es la cabalgata de reyes en Madrid. Es mi primera vez aquí, pero por lo que sé, éste año ha sido bastante controversial, les explico porqué.
Sucede que la cabalgata es un desfile navideño (sí, ya sé que la navidad ya pasó, pero parece ser que aquí le llaman navidad a todas las fiestas decembrinas, incluyendo el día de reyes), en el cual diferentes carros alegóricos, algunos con “comparsas” y música desfilan por las avenidas principales, arrojando dulces a los que nos ponemos del otro lado de las vallas a contemplar el espectáculo. Diferentes marcas participan, las más importantes de Madrid: El corte inglés, Coca-cola, Movistar (con un carro alegórico de Star Wars, muy chido por cierto, con decenas de stormtroopers y Darth Vader por supuesto), etc.
Lo novedoso, o controversial, de éste año fue el tema, muy étnico, ya que se podía ver un dragón infalible gigante, tras de él un grupo de asiáticos, específicamente chinos, con sus trajes tradicionales danzando. También desfilaron grupos de africanos, danzas indígenas sudamericanas, bailes tradicionales de la india, en fin, toda una mezcla de cultura y luces. Y la cosa no paró ahí, las tres carrozas, en las que venían los reyes magos, tenían un aspecto “futurista”, muchas luces de colores que hacían pensar en caleidoscopios, muy original, pero quizá algo atrevido para los tradicionales.
Otro aspecto que llamó la atención fue que uno de los tres reyes era negro. Algo que al parecer nunca había pasado en España. Y no sólo era negro, sino que, al final del recorrido, cuando se subieron al escenario, después de decir unas palabras, Baltasar (el rey negro) nos deleitó con un canto tradicional de Guinea al tiempo que tocaba una kora africana. Después, la alcaldesa y Gaspar dijeron unas palabras de agradecimiento y los fuegos artificiales iluminaron el palacio de Cibeles al compás de una canción. Fue en los primeros 5 segundos de la canción que la memoria de mi celular se llenó y no pude grabar el momento más glorioso de la noche. No importa, en mi mente ya está guardado, como un preciado tesoro. Una noche inolvidable, empezando por el frío que hacía (4 grados centígrados) y que el aire que corría no dejaba de recordármelo, y terminando con los fuegos artificiales.
Muchos critican que casi no se mencionó el nacimiento de Jesús, que es la razón por la que los reyes recorrieron, como el mismo Melchor lo mencionó, a manera de justificación por el tema de la cabalgata, los cinco continentes. Y en teoría es cierto, no se mencionó mucho del nacimiento de Jesús, pero, personalmente, me gustó mucho la temática, y creo que es acertada, aunque sea parte de la minoría que piense de ésa manera. Además, cuando Melchor dijo unas palabras, al final de la cabalgata, mencionó cosas muy importantes, acerca de glaciares derritiéndose por el cambio climático, niños huyendo de la guerra, ríos agonizando; un mensaje que no sólo es para los niños, sino para todos.
A pesar de las críticas negativas en redes sociales por el atuendo de los reyes (que a mí me parecen geniales), de lo diferente de la cabalgata, de la mezcla de culturas, de los mensajes ecológicos, de las carrozas futuristas y de todo lo malo que puedan atribuirle, en definitiva puedo decir que fue una noche mágica, digna de reyes.
Estefanía Márquez reportando los sucesos que no conocías desde Madrid, España en exclusiva para #hoysupe.