#hoysupe los traumas de Don Porfirio
La mayoría estamos familiarizados con la imagen de Porfirio Díaz como ese viejito con cara blanca que aparece en las estampitas que nos pedían en la primaria. Pero resulta que el güero no era como lo pintan, podríamos decir que era la versión mexicana de Michael Jackson.
Nacido en Oaxaca, fue hijo de José de la Cruz de origen criollo y de Petrona Mori quién era de ascendencia mixteca, así que tenía fuertes rasgos de los indígenas de la zona de Oaxaca. El sacerdote Charles Etienne Brasseur lo describe como atractivo y bien bronceado, en pocas palabras moreno.
Pero como en toda historia de un hombre siempre hay una mujer que lo empuja, la imagen que tenemos de él se la debemos a Carmen Romero Rubio y Costelló su última esposa, digo última porque salió mujeriego. Don Porfi decidió cantar la de “17 años” y se casaron teniendo él 51 y ella 17. Este matrimonio es digno de varias publicaciones, por lo pronto hoy les diré que ella fue quien lo refinó, le enseñó a subir las escaleras sin correr, a comer con cubiertos, a no escupir en la alfombra y hasta lo maquillaba, así como lo leen. Resulta que a él no le gustaba verse tan moreno y así que ella aplicaba todos los días polvos de arroz en su cara y así disimulaba su color real y a eso debemos la imagen de abuelito blanco.