#hoysupe del aniversario del lanzamiento de la bomba de Hiroshima que fue el 6 de agosto de 1945, algo escabroso.
¿Qué me impacta más del asunto? Que es el mayor ejemplo de la época donde se perdió la capacidad de pelear. Me explico: Hasta la Edad Media, la guerra implicaba ver al adversario a los ojos, quizá sacarle las tripas, seguramente cansarse con la espada o la lanza, si acaso estaban las flechas y las catapultas para pelear a la distancia, pero no más, incluso con ellas era necesario apuntarle a algo o alguien, así fuera una masa de combatientes.
Pero conforme la guerra se mecanizó, dejó de ser un asunto humano y se volvió un asunto de poder de fuego y de descargas sin fin. Quizá la Primera Guerra Mundial es el mejor ejemplo: a pesar de las cargas humanas, el tiempo y las muertes pasaban entre ataques de artillería a diestra y siniestra por días, semanas y meses sin un objetivo claro, más bien se trataba de cubrir cada centímetro del territorio enemigo con metralla. Guerra mecanizada de tierra quemada (Recomiendo “Sin novedad en el frente”, más el libro que la película).
Todo eso ha deshumanizado la guerra, si se me permite la expresión, porque ya no es humano vs humano, sino máquina vs máquina (y ahora chip vs chip, pantalla táctil vs pantalla táctil, como en un videojuego donde el dron ofrece varias vidas a su operario y se dedica a la guerra de 9 a 5 con hora de lunch). El muerto deja de respirar frente a su victimario, ahora simplemente se cambia de cámara en la sala de control y listo. Los bombarderos lanzaban su carga y salían del lugar, para cuando la bomba caía y destruía una vida, el piloto ya estaba rumbo a otro objetivo o quizá tumbo a su casa. No sabía a quién mataba o hería, no lo veía a los ojos, no vivía su acción.
Entre Vercingetorix y el Enola Gay, me quedo con Vercingetorix vs Julio César en Alesia, aún cuando las acciones de ambos son más terrible que las dos bombas nucleares juntas, no por la cantidad de muertos, sino por las decisiones que ambos tomaron.