Arthur Conan Doyle: creador de Sherlock Holmes
Hoy es el natalicio de Arthur Conan Doyle, autor del detective más famoso del mundo: Sherlock Holmes. Y #hoysupe que Arthur jamás apreció a Sherlock y quiso matarlo.
Arthur nació el 22 de mayo de 1859 en Edimburgo, Escocia. Estudió en la Universidad de Edimburgo la carrera de Medicina, donde conoció y se hizo amigo entrañable de un tal J.M. Barrie, autor de Peter Pan, y Robert Louis Stevenson, autor de El Libro de la Selva. ¡Nada más, eh!
Conoció a un profesor muy particular e importante en la vida del autor: Joseph Bell, le enseñó a Arthur a tener una gran capacidad lógica y de deducción, así como la importancia de observar detenidamente las cosas. ¡Exacto, ese doctor fue la inspiración de Arthur para crear a Sherlock!
Parece que a Arthur siempre le gustaron las aventuras, pues a media carrera universitaria, se embarcó en un ballenato llamado The Hope, donde era médico de noche, y cazador de ballenas de día. Cuando regresa a Edimburgo, se recibe como médico y lo más interesante es que se vuelve a meter en un barco a la mínima provocación. ¿El destino? África. Ahí se dio cuenta que le gustaba la fotografía y llegó a publicar algunas fotos en vida. Pero no era eso a lo que se iba a dedicar, pues su amor por la escritura era más grande.
¿Y cómo fue que nació Sherlock Holmes?
Bien dicen que cuando una puerta se cierra, otra se abre. Pues a Arthur le pasó algo parecido. Cuando puso su consultorio médico, nadie le cerró la puerta porque nunca nadie entró a su consultorio. Esto puede parecer triste, pero esto le trajo unas ventajas maravillosas. Por ejemplo, esto le dio chance de escribir una novela. Escribió “Estudio de escarlata” en 1887 en su solitario consultorio. Tal vez no te suene mucho el título, pero es ahí donde aparece, por primera vez, el detective Sherlock Holmes junto con su amigo Henry Watson.
Obviamente el éxito no tardó en llegar. Sherlock empezó a aparecer en el periódico Strand Magazine y todo el Reino Unido lo aclamaba. Pedían más historias sobre Sherlock Holmes. Arthur había logrado el éxito como escritor que tanto había soñado. Todo parece ir bien, ¿cierto? Lo interesante viene cuando el personaje se come al autor. Arthur llegó a un punto en el que se harta de Sherlock. Ya habían sido seis largos años en que el alma de Arthur desayunaba, comía, cenaba y respiraba al detective.
Con la mente llena de pensamientos, mira a su madre y le dice que va a matar a Sherlock, pues este le estaba matando su creatividad. “Es él o yo”, le dijo a su madre. Ella, fan de Sherlock, le advierte que la gente no se lo tomará bien. “Piénsalo bien hijo”, le dice. Arthur no escucha, ni hace caso, la decisión ya había tomado.
Arthur se sienta a escribir la muerte del detective y no tarda mucho, pues el asesinato ya estaba más que planeado y listo para ser ejecutado. Con lo que no contaba Arthur, era que los ingleses no estaban preparados para tal desgracia. Manda su escrito al editor, quitándose un peso de encima, pero con un orgullo y felicidad de lo que había logrado y emocionado por lo que iba a lograr. Finalmente, semanas después, se publica “El problema final” en diciembre de 1893, el último caso de Sherlock Holmes.
Decir que le llovieron quejas a Arthur es poco, porque a diario le llegaban cartas de enojo, tristeza y desesperación por la atrocidad que había cometido. Fueron, nada más y nada menos que ¡diez años de quejas constantes! Incluso llegó a recibir amenazas fuertes para que reviviera al detective. Harto de todo el show, pública “La casa vacía” y el público del Reino Unido volvió a sentirse bien y en paz.
Te retamos a que nos comentes qué otros libros conoces de Arthur Conan Doyle. O si ya leíste Sherlock, qué te pareció.
Por Yared Domínguez.