#hoysupe sobre Antonio López de Santa Anna.
Seguramente has oído hablar de mí y no es para menos, ya que soy uno de los personajes más famosos de la historia de México porque además de haber sido militar y político, fui presidente de la nación 11 veces. Aunque se me recuerda más por otras cosas.
Nací un 21 de febrero de 1794 en Xalapa, Veracruz. Mi nombre completo es Antonio de Padua María Severino López de Santa Anna y Pérez de Lebrón.
Desde muy joven me destaqué por mi valor mostrado en las tropas realistas. Debo decir que siempre fui un militar destacado.
En 1821 me uní a los insurgentes del Plan de Iguala. Luego, en 1823 tumbé a Iturbide con el Plan de Casamata.
A partir de entonces hice de mi vida y de la de este país un vaivén. Me unía a conservadores y liberales, cambiaba de bando, me elogiaban, luego me perseguían, me desterraban, en fin. Ni yo entendía que pasaba.
En 1836 intervine en una guerra con Estados Unidos al mando del ejército mexicano. Me hicieron prisionero en San Jacinto luego de haber tenido algunos éxitos, el más sonado fue el de El Álamo.
Me remitieron a México y me recibieron con entusiasmo nuevamente. Bola de bipolares.
En 1839 estuve dirigiendo unas batallas, en esa ocasión fue contra los franceses. En esta guerra, conocida como la Guerra de los Pasteles, perdí una de mis preciadas piernas, me dolió tanto que le tuve que hacer un servicio funerario.
En fin, sobre mis mandatos, en total estuve 11 veces como presidente de México, un título que me quedaba corto por lo cual me autonombré Alteza Serenísima y Dictador Vitalicio. Pero el alza de impuestos y la venta a Estados Unidos de una gran parte del territorio mexicano hicieron que la gente no me quisiera mucho que digamos.
Por eso y otras cosas unos enemigos que tenía crearon el Plan de Ayutla en 1854 por lo tuve que renunciar y refugiarme en La Habana.
Regresé algunas veces a tratar de tomar lo que era mío (México) pero ya estaba muy loca la cosa. Me escapé incluso de una pena de muerte en 1867 pero no de la muerte definitiva en 1876, al menos descansé ya en México.
Entre las múltiples cosas que hice, tuve el acierto de hacer un concurso para crear el himno nacional que al día de hoy se mantiene como el oficial de México. También tuve la gracia de mandar al exilio a Benito Juárez y Melchor Ocampo.
Pero lo más controversial y de lo que se sigue hablando es que según cedí gran parte del territorio nacional a los Estados Unidos, a cambio de que me perdonaran la vida. Otros dicen que fue por dinero, y es que esos terrenos hoy serían un lujo para nuestra patria.
En fin, como verás, soy tan polémico que ni yo me entiendo y al día de hoy siguen criticándome todo lo que hice.
Te dejo a ti la mejor opinión sobre mi historia.
Ahí me saludas a los amigos de #hoysupe