Los síntomas del enamoramiento, que muchas personas hemos percibido alguna vez -si hemos sido afortunados-, como ya les platicaba en la parte 1, son el resultado de complejas reacciones químicas en nuestro cuerpecito, que nos hacen sentir lo mismo a todos, aunque creamos que lo que sentimos es único en la galaxia. Si alguien nos gusta mucho, es súper obvio, aquí es cuando tus amigos te dicen: Ya valiste, ya te enamoraste ¿verdad?.

La segunda etapa en la química del amorsh es denominada ‘atracción’ [a veces fatal, a veces no] y es considerada la verdadera fase del enamoramiento. Es ese momento en el que se nos quita el hambre, nos desvelamos, contamos las horas, días, segundos y creemos que no podemos seguir viviendo sin ver e esa persona [aaw]. Justo entonces aparecen en el tablero de juego, un grupo de neurotransmisores llamados ‘monoaminas’: Dopamina [no, no es una canción de Belinda] que puede ser activada también por la nicotina y la cocaína; norepinefrina, conocida como adrenalina, responsable de que se acelere el corazón y sudemos, y serotonina, la sustancia más importante en cuestiones del amor, la que nos hace perder la razón, volvernos locos pues.

El amor como droga

Hace apenas 25 años, se planteó el estudio del amor como un proceso bioquímico que se inicia en la corteza cerebral, pasa a las neuronas y de allí al sistema endocrino, dando lugar a respuestas fisiológicas intensas. [guiño, guiño]

El verdadero enamoramiento parece ser que aparece cuando una molécula orgánica hace su papel estelar en el cerebro. Con ustedes: La Fenil Etil Amina (FEA). Ese estado de euforia, felicidad y emoción al máximo, es provocado por la FEA, ironico ¿no?.

La secreción de dopamina, estimulada por la FEA, induce al cerebro a entrar en un proceso de aprendizaje positivo, que es a su vez, el responsable de transformar lo que era un simple deseo en algo mucho más profundo. [suena: how deep is your love – the bee gees]. La dopamina constantemente está reforzando este estímulo, y al ser repetitivo, nace la relación entre dos enamorados… Y aquí no tarda en entrar la oxitocina, pero esa es la parte 3, no se la pierda.