#hoysupe que un día como hoy, León Trotsky recibió la herida que causaría su muerte.

¿Te suena ese nombre? ¿León Trotsky? Bueno, te voy a contar un poquito sobre este personaje:

Nació en una familia judía campesina, un 26 de octubre de 1879. Era muy culto y un excelente escritor. Era sarcástico, bromista y algunos dicen que un poco arrogante. Estudió por algunos años, hasta que a los 19 años le platicaron sobre el Marxismo.

León Trotsky

León Trotsky

En ese tiempo estaba empezando lo que fue la rebelión contra el gobierno ruso, así que era normal que los chavos mayores de 18 se incorporaran a algún grupo revolucionario. Uno de los más famosos y poderosos fue el comunista, que prácticamente el que inició con la Revolución Rusa.

Era muy bueno echando rollo y escribiendo, así que aportó desarrollos que otros tomaron, por ejemplo, la Revolución Permanente, que más adelante Lenin la asumiría en los meses de la revolución.

En 1897 fundó la Unión de Obreros del Sur de Rusia, motivo por el que lo encarcelaron y corrieron. Más adelante se une a Lenin y otros miembros del Partido Obrero Socialdemócrata Ruso, y ayuda a escribir en el periódico “Iskra” o La Chispa. Era muy bueno, así que recibió el apodo de “La Pluma”.

León con Frida Kahlo

León con Frida Kahlo

En 1903, se opone a las ideas de Lenin, y se une a los mencheviques. Él fundó el famoso Ejército Rojo, que tuvo mucho éxito en la Guerra civil rusa, que pasó después de la revolución.

En su último exilio, llegó a México, bajo el asilo del presidente Lázaro Cárdenas, y se quedó un tiempo con Diego Rivera y Frida Kahlo, pero no duró mucho.

León con Diego Rivera

León con Diego Rivera

El 20 de agosto de 1940, mientras escribía en su cuarto, un asesino a sueldo de Stalin logró entrar a su cuarto y de un golpe mortal en la cabeza marcó el fin de la vida de este gran revolucionario.

León estaba preocupado porque las personas que tenían necesidades no sufrieran tanto. Le molestaba mucho la injusticia de la que sufrían y estuvo dispuesto a dar su vida por lo que creía. Nunca dejes que otras personas influyan en lo que tú crees. Recuerda a Trotsky cada que alguien te quiera hacer dudar o quiera cambiar tu opinión ¡Se vale pensar diferente!