El slogan de Sabritas no está tan equivocado después de todo, ya que es un reto casi imposible comer solo una papita frita, una rebanada de pizza o una mordida de hamburguesa. Definitivamente, la comida que más nos engorda es la más adictiva.

Pues resulta que existe una razón biológica para esto.

Las Sabritas

Unos estudios de la Universidad de Georgia sugieren que las comidas altas en grasa provocan cambios en la flora bacteriana del estómago, de tal manera que nos hacen incapaces de detectar la sensación de estar satisfechos.

Y esto sucede porque al comer esos alimentos, nuestro intestino produce unas sustancias similares a los compuestos que tiene la marihuana. Estas sustancias coquetonas se llaman endocanabinoides.

Las endocanabinoides son un grupo de moléculas grasas que están involucradas en varios procesos fisiológicos, incluido el apetito, la sensación de dolor, la memoria (eso que las mujeres usamos para pelear) y el estado de ánimo (eso que las mujeres usamos para todo lo demás).

El estudio se hizo en ratoncitos y se encontró que cuando comían un producto grasoso, su aparato digestivo comenzaba a producir endocanabinoides. El proceso comienza en la lengua cuando una señal viaja al cerebro y después a los nervios que van de la faringe al intestino, causando esa conocida ansia por querer seguirle metiendo la cuchara a esos tostitos con elote.

Nuestros amigos los científicos aun no saben porqué este mecanismo se desata únicamente con las grasas y no con otro tipo de alimentos como proteínas o azúcares, pero mientras eso se discute, los reto a que repitan la palabra endocanabinoides con la boca llena de pizza, sin trabarse. Ñam.