#hoysupe la historia de la Catrina.
Por estas fechas en México se lleva a cabo uno de los festejos que nos han colocado dentro del mapa de la cultura, me refiero a la celebración del Día de Muertos. Tan famoso se ha vuelto que fue declarado por la UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Y es en estas celebraciones donde se ve por todos lados un personaje famoso, tanto así, que el mismísimo James Bond vino al D.F. para que saliera en su próxima película, aunque no precisamente como chica Bond. Me refiero a la famosa y elegante Calavera Garbancera mejor conocida como La Catrina.
Y es que este personaje va mucho más allá de una representación del día de muertos y su nacimiento se debe una crítica a la situación política y económica que el país atravesaba en ese momento, cualquier parecido con la actualidad es mera coincidencia
¿A poco creían que era nada más un disfracillo de tantos para sus fiestas de Halloween?
Resulta que por la época entre el gobierno de Juárez y Porfirio Díaz era muy común ver en los periódicos llamados Combate notas sarcásticas criticando la situación del país y las diferencias sociales, incluían dibujos de cráneos y esqueletos. Digamos que eran algo así como lo que hacen los moneros de hoy en día. Las calaveras eran dibujadas en diferentes aspectos de la vida social, bebiendo pulque, en tertulias, vestidas de gala, todas retratando la miseria, los errores políticos y la hipocresía de la sociedad
Fueron varios quienes llevaban a cabo este trabajo, pero quien supo retratar el carácter del pueblo fue José Guadalupe Posada. El artista retrataba los pesares y las alegrías del pueblo, plasmando las diferencias sociales con un tono ácido.
Su humor sarcástico empezó a calar en algunos sectores, tanto así que en su natal Aguascalientes fue víctima de persecución y tuvo que trasladarse a León Guanajuato y posteriormente a la ciudad de México. Ahí trabajó en diferentes periódicos, siempre retratando la miseria, el dolor. ¡Ay Posada, siempre tan actual!
Su nombre original fue La Calavera Garbancera y de esa forma criticaba a los denominados “garbanceros” que eran todas las personas de ascendencia indígena que procuraban verse como europeos tratando de ocultar sus raíces.
La primera Catrina de Posada fue un grabado en metal, y era sólo una calavera con sombrero de plumas representando a quienes vestían de manera ostentosa pero no tenían en que caerse muertos. ¿Conocen a alguien así?
”En los huesos pero con sombrero francés con sus plumas de avestruz”.
Fue Diego Rivera quien tomo la obra de Posada y la incluyó en su mural “Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central”, uno de mis favoritos. Aquí por primera vez la calavera aparece vestida (porque a Dieguito no le gustaban las mujeres encueradas, ajá) y acompañada de su creador José Guadalupe Posada.
Y es precisamente Diego quien la bautizó como Catrina. Su nombre derivado del famoso Catrín que era la forma en que se describía a un hombre de porte elegante y que se hacía acompañar de una dama de igual elegancia.
En 2010 la elegante dama se puso de manteles largos cumpliendo 100 años de su creación como Calavera Garbancera así que su imagen se incluyó en los festejos del bicentenario, protagonizó el cortometraje La Catrina en Trajinera.
En 2012 se celebraron los 100 años de la historia de la Catrina y el gobierno de Aguascalientes inició los trabajos para recopilar la obra del autor y declaró el 2013 como el Año de Posada.
Hoy en día el trabajo de Posada es resguardado en colecciones particulares y el Museo Jose Guadalupe Posada ubicado en Aguascalientes tiene una colección permanente dedicada a su obra, mientras que la Catrina anda de famosa presumiendo su atuendo en concursos de belleza, protagonizando películas y codeándose con el 007.
José Guadalupe Posada decía: “La muerte, es democrática, ya que a fin de cuentas, güera, morena, rica o pobre, toda la gente acaba siendo calavera”. Interesante, porque después de haber sido un artista reconocido, murió solo y en pobreza, terminando sus restos en la fosa común. Digamos que terminó siendo otra calavera más.
Así que no seamos catrines y no nos avergoncemos de nuestras raíces que son muy diversas.