Estás en el patio de tu casa haciendo algún deber hasta que el cielo roba tu atención de forma repentina y absoluta. Tus ojos se alzan y distinguen algo que se parece a una explosión majestuosa en el cielo. Es demasiado grande y el lenguaje no es suficiente.

Es en el año 1054, eres un astrónomo chino pero ignoras que se trata de una supernova.

Ignoras que una estrella está muriendo y a manera de último deseo nos regala un vistazo al universo en una explosión que avienta su materia a todos lados.

Eres afortunado, eres testigo de la potencia de un astro y sus infinitos misterios.

Ojalá nosotros, un día, podamos ver lo que tú viste esa noche de moribunda gloria: el fenómeno de una supernova.