#hoysupe sobre la vida exitosa y trágica de una gran mujer de las letras: Virginia Woolf.
Esta escritora inglesa es conocida por ser una de las pioneras en escribir sobre la relación de la mujer con el mundo del arte y la literatura.
Era hija de un historiador y crítico, Leslie Stephen, por lo que creció entre artistas, literatos e intelectuales.
A Virginia le gustaba mucho expresar en sus escritos la condición de la mujer en ese tiempo, por ejemplo, su novela “Una habitación propia” que tuvo una repercusión en el feminismo más adelante.
Entre sus mejores obras se encuentran “La señora Dalloway” y “Alfaro”. Sus escritos son muy reconocidos porque sus narraciones incluyen los pensamientos de los protagonistas, logrando que los lectores se sumerjan profundo en la historia.
Otra de sus obras que influyó en el feminismo fue “Orlando”, una novela inquietante y misteriosa en la que remarca la diferencia de la condición femenina y la masculina encarnadas en un protagonista que podía transformarse en mujer.
Virginia tuvo pérdidas muy grandes, como la muerte de sus padres y de su hermanastra, que la llevaron a tener un trastorno de bipolaridad en el que sufría periodos grandes de depresión muy fuerte. A pesar de esas adversidades, Virginia nunca dejó de escribir.
Cuando estalló la guerra mundial, su casa fue bombardeada. La biografía que escribió de su amigo Robert Fray no tuvo tanto éxito comercial como a ella le hubiera gustado y Virginia volvió a la depresión, por lo que decidió que ya no seguir escribiendo.
Tristemente un 28 de marzo Virginia decidió acabar con su vida al llenar los bolsillos de su abrigo con piedras y sumergirse en el río Ouse para nunca más salir.
Fue un trágico fin para una gran escritora que dejó huella en el corazón de muchas mujeres y alentó al movimiento feminista motivándolas a defender sus derechos.
Una historia que nos recuerda sobre la importancia de reconocer a tiempo nuestras vulnerabilidades para trabajarlas y potenciar nuestras fortalezas para mejorar nuestro entorno.